En el artículo de hoy recordaremos con bastante nostalgia (o al menos yo así lo haré) a uno de los grandes genios españoles del humor de todos los tiempos, el madrileño Miguel Gila, aquel señor del teléfono que salía de vez en cuando en la tele y que hacía reír a carcajadas a nuestros padres y abuelos. Por cierto, por si fuera de tu interés, aquí te dejo un enlace a un fantástico artículo con las mejores frases célebres de Groucho Marx.
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Gila
Miguel Gila Cuesta (Madrid, 12 de marzo de 1919-Barcelona, 13 de julio de 2001) fue un humorista y dibujante de historietas español, cuyo modo más frecuente de expresar su humor era mediante diálogos figurados (en realidad, monólogos) al teléfono, y cuyo costumbrismo ingenuo tocaba a veces con el surrealismo. No utilizaba palabras malsonantes o polémicas, y en sus fingidos diálogos telefónicos tenía una muletilla que se ha hecho famosa: «¡Que se ponga!».
Era (y es) un hombre admirado, no sólo por su descomunal talento, sino también por sus cualidades humanas. Su humor siempre ha estado muy conectado a la vida que le rodea, siendo un gran observador de su entorno social y de la miseria humana. De hecho, ha sido tremendamente crítico con los poderosos, los obispos, los ricachones, los militares, etc. Parsimonioso y grave, aunque sumamente cordial, sus monólogos de guerra resultaban ferozmente antibelicistas.
Gila recibió numerosos premios a lo largo de su carrera, como la Medalla al Mérito Artístico del Ayuntamiento de Madrid (1986), el Premio Ondas Especial (1993), el premio FAD-Sebastián Gasch de Honor (1994), la Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo (1995) y la Medalla de Oro al Mérito Artístico del Ayuntamiento de Barcelona por su dedicación al mundo de las artes escénicas (1999). Además, en 1999 ganó el Premio Internacional de Humor Gat Perich por su larga trayectoria como humorista y dibujante.
Falleció en 2001 en Barcelona, a causa de una insuficiencia respiratoria debida a una enfermedad pulmonar crónica que sufría.
Obra
En 1951, un tal «Gila» aparecía en los escenarios teatrales de Madrid con aire despistado, como si hubiera equivocado su camino y, tras guardar unos minutos de desconcertante silencio, empezaba a hablar. Decía, por ejemplo, que el día que él nació su madre no estaba en casa, o cogía el teléfono, llamaba al ejército enemigo, le preguntaba que a qué hora iba a atacar, si no podía retrasarse un poco hasta que el contrario acabara su partida de cartas, cómo iba a vestirse para la ocasión, cuántas municiones tenía, etc.
El rotundo éxito de sus monólogos constituía un golazo a la censura de la época. Por supuesto, el orden establecido se vengó, y en 1968 Gila optó por el autoexilio en tierras suramericanas, para regresar tras la muerte de Franco. Después, comenzó su carrera artística como dibujante de «La Codorniz», y desde entonces se dedicó por entero su vida a hacer reír, como cuando interrogaba desde su teléfono sin hilos: «¿Está el enemigo?… Que se ponga».
Antes de eso, Gila participó en unos cuantos largometrajes, coincidiendo con figuras de la talla de José Luis Ozores, Antonio Ozores, Fernando Fernán Gómez, Núria Espert, José Sazatornil, Marujita Díaz o Pepe Isbert (entre otros), y con papeles destacados en algunas de ellas, como en «El golfo que vio una estrella» (1955), «El ceniciento» (1956), «El hombre que viajaba despacito» (1957) o «Una chica casi formal» (1963).
En cuanto a sus obras literarias, he aquí el listado completo:
- «La Jaleo, El Bizco y los demás» (1966).
- «El libro de quejas de Gila» (1975).
- «El libro rojo de Gila» (1974).
- «De Gila con humor» (1985).
- «Yo, muy bien: ¿y usted?» (1994).
- «Y entonces nací yo» (1995).
- «Un libro libre» (1996).
- «Memorias de un exilio» (1998).
- «Encuentros en el más allá» (1999).
- «Siempre Gila: Antología de sus mejores monólogos» (2001).
- «Cuentos para dormir mejor» (2001).
- «Tipologilas» (2002).
Por otro lado, a lo largo de los años fueron muy numerosas sus intervenciones en TVE, algunas en anuncios y otras en series y en programas de variedades (por éstas últimas son por las que sobre todo se le recuerda).
Frases Famosas
Si hay algo que ha quedado en la retina de mucha gente, han sido las ingeniosas ocurrencias que nos ha regalado Gila.
He aquí una estupenda selección con las 10 frases y ocurrencias más destacadas de Miguel Gila:
- “El humor es el espejo donde se refleja lo estúpido del ser humano”.
- “Si la mente funciona bien no hay viejos”.
- “Yo tenía que nacer en invierno, pero como éramos pobres y no teníamos calefacción, me esperé a nacer en mayo”.
- “Mis guerras son absurdas porque lo es la guerra en sí”.
- “Cuando un hombre se muestra indiferente hacia una mujer supone un desafío para ella”.
- “Los mayores tienen un futuro, que es su pasado”.
- “La vida toda es un chiste. Nacer, morir…..¡Menuda broma!”.
- “El humor es la maldad de los hombres dicha con ingenuidad de niño”.
- “¿Está el enemigo? Que se ponga”.
- “No es por chulearme yo, pero ¡cómo mato! Un día en un combate le pegué un tiro a uno y dijo, ‘que me has dao’, ‘pues no seas mi enemigo”. ‘Ay, es que me has hecho un agujero’. ‘Pues ponte un corcho’”.
Curiosidades
En esta sección veremos las curiosidades más impactantes que rodearon la vida y obra de Gila.
1. Por los pelos
Durante la Guerra Civil fue puesto frente a un pelotón de ejecución y logró salvar la vida. El fusilamiento se produjo al anochecer de un día lluvioso, y los integrantes del piquete estaban borrachos que no le acertaron los disparos. Gila se hizo el muerto y logró sobrevivir.
2. Chumy Chúmez
Otro de los grandes humoristas del siglo XX, Chumy Chúmez, dijo sobre Gila: «Miguel Gila es el mejor humorista de chistes gráficos que se ha producido en España después de la Guerra Civil Española».
3. Guionista
Gila trabajó en los guiones de las películas «El ceniciento» (1956) y «El hombre que viajaba despacito» (1957). También tomó parte en el de la película de animación de 1979 «Historias de amor y masacre». También realizó el guión de la serie de TV de 1993 «¿De parte de quién?», la cual protagonizó junto a Chus Lampreave.
4. Rey Mago del Humor
Antonio Fraguas de Pablo, humorista gráfico español conocido como «Forges», se refirió a él como uno de los Reyes Magos del Humor, junto a Cervantes y Quevedo.
5. Profesor honorífico
En 1997 recibió el título de «Profesor Honorífico del Humor» de la Universidad de Alcalá de Henares.
6. Pintor de coches
En sus memorias “Y entonces nací yo” (1995), el humorista narraba como, entre los 14 y 17 años, huérfano de padre, pintaba coches con la esperanza de ganar un sueldo que le permitiera hacer realidad sus sueños.
7. Otras ocupaciones
Entre las muchas actividades que desarrolló Gila a lo largo de su vida, también vendió aparatos de radio y retransmitió partidos de fútbol. De hecho, realizó un monólogo en el que realizaba la retransmisión en directo de una operación de riñón.
8. Reflexiones
En su libro «De Gila con humor» (1985), Gila nos regala curiosas reflexiones como «si el agua de los ríos, en lugar de correr a lo largo, lo hiciera a lo ancho, se desbordarían» o «una persona que caminara a razón de 100km diarios, durante 60 años, no podría dar la vuelta al mundo: moriría de cansancio».