Tras recordar los sucesos acontecidos en el célebre Palacio de Linares (en Madrid), continuamos nuestro ciclo de casas encantadas con uno de los casos más mediáticos que se recuerdan (llevado incluso a la literatura y al cine), el de la casa maldita de Amityville (en los Estados Unidos).
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Los Hechos
La mañana del 14 de noviembre de 1974, Amityville, pequeña localidad de veraneo enclavada en la zona norteamericana de Long Island (estado de Nueva York), amaneció sacudida por la macabra noticia del asesinato a sangre fría de varios miembros de una familia en el interior de su propia casa, enclavada en el número 112 de Ocean Avenue, en las cercanías del río Amityville.
A las 03:15 horas de la madrugada, el joven Ronald DeFeo Jr. (conocido como «Ronnie» o «Butch»), de 23 años de edad, provisto de una escopeta Martín de calibre 35, había masacrado, mientras dormían, a sus 2 padres (Ronald y Louise DeFeo, de 44 y 43 años respectivamente) y a sus 4 hermanos (Dawn, Allison, Mark y John, de 18, 13, 12 y 9 años).
Según el informe oficial de las investigaciones: “Los crímenes presentaban algunas peculiaridades que indicaban rasgos sádicos solo explicables en una mente enferma. La familia había sido narcotizada en la víspera, lo que garantizó al asesino el sueño profundo de sus víctimas. Todos dormían de bruces, con las cabezas apoyadas sobre los brazos cruzados. Todos habían sido fusilados con un arma potentísima, por la espalda, excepto la madre, que recibió un disparo en la cabeza”.
DeFeo, tras ser capturado por la policía, insistió en el juicio en que había escuchado una voz demoníaca que le había insistido en asesinar a toda su familia. Sin embargo, a pesar de que su abogado defensor alegó enfermedad mental, Ronald DeFeo fue declarado culpable de asesinato premeditado y condenado a 25 años de cárcel por cada uno de sus horrendos asesinatos (150 años en total).
Terror en Amityville
No acaba aquí (ni mucho menos) la historia de la casa de Amityville. Aún no se habían acallado los ecos de los brutales asesinatos, cuando se pusieron en marcha los engranajes de otra historia que apareció en los principales medios de comunicación de medio mundo, y que sería conocida como «Las 28 noches de terror en Amityville».
En diciembre de 1975, esta gran casona recibió a sus nuevos moradores: el matrimonio conformado por George y Kathy Lutz, de 28 y 30 años respectivamente, quienes llegaron con sus tres hijos (Danny, Chris y Missy, del primer matrimonio de Kathy). Edificada sobre un terreno de 15 por 73 metros, esta casa contaba con tres pisos de altura, cinco habitaciones, un amplio sótano, una veranda vidriada en el frente y una abierta detrás que daba al río Amityville, lo que cuadraba con los intereses de la familia Lutz.
Sin embargo, tomando en cuenta los espantosos sucesos que habían ocurrido en el inmueble, lo primero que hicieron los Lutz fue llevar al sacerdote Ralph Pecoraro para que bendijera la casa. Según la leyenda, cuando el cura pisó el inmueble, se escuchó una demoníaca voz que surgió inesperadamente de la planta alta de la casa y que gritó “Lárgate de aquí”.
Después de ese suceso, las cosas sólo empeoraron: desagradables olores, ruidos espeluznantes, manchas desconocidas que aparecían y desaparecían en las paredes, etc. Por otro lado, con el paso de los días, George, el padre de la familia, comenzó a mostrar síntomas muy extraños. Sentía un frío mortal, y pasaba las horas del día frente a la chimenea. Dejó de asearse, convirtiéndose en una persona desaliñada y huraña que gruñía por los rincones de la casa. Además, su carácter se volvió agresivo y solitario.
A lo anterior se sumó la espeluznante aparición de Jodie, un presunto demonio que se manifestaba en forma de cerdito y que se mostró durante varios días a la hija menor de los Lutz, Missy. Kathy Lutz también levitó en un par de ocasiones sobre su cama, y tenía pesadillas sobre los asesinatos. Y el mismo George Lutz, que se despertaba todas las noches a las 3h15, hora en que se cometieron los crímenes, afirmó haber visto otras presencias demoníacas en la casa, que aparecían cuando las ventanas se llenaban de moscas y la puerta principal de la casa era golpeada fuertemente.
Los Lutz sólo vivieron en la casa durante 28 días, pues decidieron abandonar el inmueble sólo con lo puesto ante la recurrencia de estos fenómenos sobrenaturales. Décadas después, aún no se sabe a ciencia cierta si los sucesos paranormales en la casa de Amityville fueron verídicos o no, sobre todo porque las familias que posteriormente habitaron la casa no reportaron sucesos como los narrados por los Lutz.
Impacto mediático
A raíz de abandonar la casa, los Lutz rentabilizaron convenientemente sus horrorosas vivencias. Asistieron a múltiples programas de radio y televisión para contar sus experiencias, a partir de lo cual la misma casa y sus alrededores se llenaron también de investigadores, expertos en la materia, médiums y videntes a la caza de espíritus y fantasmas.
Posteriormente, parte de la prensa acusó a los Lutz de realizar un montaje con sus presuntas experiencias paranormales y de haberse aliado con William Weber, abogado defensor de Ronald DeFeo. Al parecer, Weber, aprovechándose de la precaria situación económica de Los Lutz, los habría convencido de hacer creer a la opinión pública que DeFeo había asesinado a su familia bajo la influencia de las supuestas fuerzas maléficas que infestaban la casa, lo que lo habría ayudado en la defensa legal del múltiple homicida.
Por otro lado, por esa misma época alguien descubrió en el sótano, oculta detrás de una alacena, un pequeño habitáculo pintado de rojo que no constaba en los planos de la casa. Al parecer, la actual casa había sido construida sobre un centenario sanatorio indio donde se llevaban a los enfermos y moribundos para dejarlos morir allí. Posteriormente, el terreno fue adquirido por un tal John Ketchum, un brujo que había escapado a la famosa quema de brujas de Salem, y que presuntamente utilizó el solar para efectuar rituales satánicos.
Los presuntos sucesos acaecidos fueron plasmados en el año 1977 por el escritor estadounidense Jay Anson en su novela «The Amityville Horror: A true story», que alcanzó un gran éxito de ventas.
Dos años después (1979), dirigida por Stuart Rossenberg, la novela fue llevada al cine con el título de «Terror en Amityville», protagonizada por James Brolin (como George Lutz) y Margot Kidder (como Kathy Lutz), que tuvo varias secuelas y que recaudó más de 80 millones de dólares.